FeMeS: COMUNICADO ANTE LA LEY DE “Sólo si es si”
FeMeS se manifiesta en relación a la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual.
FeMeS manifiesta que reformar la Ley es imperativo, al menos, en aquella parte que contiene una rebaja del mínimo de las penas.
Instituciones y Asociaciones feministas advirtieron, antes de aprobarla de que se produciría esta situación que padecemos. Tal rebaja y la benevolencia para con los delincuentes tiene como consecuencia dolor y pánico para las mujeres agredidas por ellos. Se está dando lugar al pánico de las víctimas y a una justificada alarma social a causa de los delincuentes puestos en libertad en aplicación de la ley.

Ese Ministerio, aun muchas veces advertido, no hizo caso. Por tanto ocurre lo que era previsible.
Es imprescindible reformar la nueva ley y reponer al menos las mismas penas para las mismas conductas, que contenía el Código Penal.
Existe una dificultad al haber integrado las conductas que anteriormente constituían los abusos sexuales en las agresiones sexuales. En la necesaria reforma realizar una penalización ajustada a cada conducta requiere aplicar una buena técnica legislativa penal. Eso es todo, aunque no es poco.
Estamos de acuerdo en que desaparezca el delito de abusos sexuales, pero no en que queden impunes las conductas que lo constituían. En efecto, se abusa de los objetos, no de las personas, por lo tanto es más correcto hablar de agresiones más o menos graves y precisar el delito de violación.
No nos pronunciamos acerca de la propuesta que realice Justicia pero esperamos que sea buena y técnicamente irreprochable.
Lamentamos, sin embargo, que las consecuencias negativas que está teniendo la aplicación de la ley ya no se podrán evitar y solo se podrán corregir para las conductas delictivas que se produzcan en el futuro, una vez revisada la Ley.
Por último decimos que sería deseable que, aprendiendo de esta dolorosa experiencia, se reflexionara en el trámite de aprobación de urgencia de la llamada Ley Trans. Debería paralizarse su tramitación. De sus efectos negativos, sobre todo para las y los menores, nos vienen advirtiendo las sociedades científicas, las personas expertas y, unánimemente el movimiento feminista.
Leyes que están siendo abrogadas en otros países no deben ser impuestas por la voluntad de una minoría.

