El Feminismo, como toda teoría política transformadora de la realidad, y desde su inicio, ha tenido una vocación internacionalista, porque la desigualdad entre mujeres y varones atraviesa culturas, países, etnias, religiones, edades, clases sociales… Es una realidad tangible que las relaciones asimétricas de poder entre mujeres y varones se adaptan a los contextos culturales, raciales, nacionales, religiosos, generacionales, pero, más allá de la especificidad con la que puedan expresarse, todos ellos revelan una jerarquía social y sexual por la cual las mujeres se encuentran en posición subordinada o de dependencia respecto a los varones. Frente a esto, un texto corre por las redes que anuncia un supuesto “Primer encuentro Fundacional de la Internacional Feminista”. En ese manifiesto se afirma que el feminismo es “un proyecto…
